jueves, 16 de enero de 2020

Todo Mortal, de Ana Belen Rodrígez Patiño

Todo Mortal, de Ana Belén Rodríguez Patiño.

Una visión metaliteraria.

Se trata de una novela con variós elementos metaliterarios, empezando por su protagonista que no es otro que Gustavo Adolfo Bécquer, cuyas últimas enigmáticas palabras en su lecho de muerte fueron las que dan título a esta obra: “todo mortal”.
*Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), murió en Madrid el 22 de diciembre de 1870


De Bécquer se nos narra su juventud en la Sevilla de 1853, cuando sueña con ir a Madrid y convertirse en un escritor profesional. Junto a su amigo Narciso Campillo forman una especie de “club literario” en el que Julia Cabrera se sentía un poco fuera de lugar: “me siento una intrusa y no escribo poesía”, pero es defendida por Gustavo Adolfo: “es buena lectora y sabe mucho de literatura”.
*Narciso Campillo (1835-1900) fue el promotor de la publicación de "Rimas y Leyendas" (1871)
*Julia Cabrera fue la primera novia de Bécquer, despues vendrían Julia Espín y Casta Esteban.

Aquel grupo de jóvenes de Sevilla en el que se incluye a Julio Nombela se hacían llamar “Los tres mosqueteros”, otra referencia metaliteraria a Alejandro Dumas. En una de las fiestas de la burguesia sevillana, Campillo llega a decir que eran escritores ya famosos en Madrid, y Bécquer recuerda que tambien Lord Byron tuvo que dejar Inglaterra.
*Julio Nombela (1836-1919) fue quien inculcó en Bécquer la idea de marchar a Madrid.

Los proyectos literarios de Bécquer, con solo 17 años, chocan contra los de todo su entorno.
Así su tío Joaquín Domínguez, que quiere que se haga pintor:
—¿Que quieres ser que?
—Quiero ser escritor.
O su madrina Manuela Monnehay, que desea que se haga cargo de su próspera perfumería.
—Ha llegado a mis oídos que vas diciendo que quieres ser escritor.
—Soy poeta. Escritor si lo prefiere.
—Sabes que la literatura esta atravesada por miles de circunstancias adversa. Tu futuro no puede pasar por componer estrofas.
—La literatura es un veneno.
E incluso su admirado José María de la Rosa.
—Nunca podréis vivir de la literatura en España.
Esta primera trama guarda dos sorpresas literarias en torno a las “escritoras fantasmas”. Por una parte Julia Cabrera quien se presenta a Manuela Monnehay: “quiero ser escritora” y le entrega un libro “La bruma de la ciudad” que empieza: “El frío se había apoderado de la ciudad…”. Y por otra la propia Manuela Monnehay que acude a una tertulia literaria en París encabezada por la escritora Aurore Dupin que firma sus obras como George Sand, las hermanas Bronte, de las que se cita la novela “Jane Eire” de Charlotte Bronte, y dos desconocidas escritoras españolas: Carolina Coronado y Josefina Espinoza. Manuela revela su secreto: “escribía libros que nadie sabía que había escrito”.
*Aurore Dupin - George Sand (1804-1876), fue amante de Frederic Chopin
*Charlotte Bronte (1816-1855), fue autora de Jane Eyre (1847)
*Carolina Coronado (1820-1911) publicó "Poesías" (1843) y fue comparada a Bécquer.
*Josefina Espinoza
La segunda trama de la novela gira en torno al personaje ficticio de Emilio Bravo, un hombre enigmático cuyas pesadillas nos evocan el mundo onírico  de Bécquer, donde los fantasmas con hábitos de monjes cantan himnos fúnebres: “Misericordiam Dei”. Como no recordar las famosas leyendas de Bécquer de “El monte de las Ánimas” o “El Miserere”. Sin mencionar sus títulos el contexto es explicito.
También esta cargada de referencia metaliterarias al mundo de los bibliófilos y coleccionistas de libros. Aparecen cuatro personajes con estas características: el propio Emilio Bravo, Federico Urtubi, Juan Betsabe y Luis Pelegrin.
-Emilio Bravo, tiene una vitrina de “libros malditos”
=Las Clavículas de Salomón
=y un hueco para el libro "Filosofía Oculta" de Cornelio Agripa
-Federico Urtubi: “los coleccionistas somos seres demasiado caprichosos”
-Juan Betsabe, de origen judeo-converso de Granada: “había heredado una biblioteca familiar de siglos”.
-Luis Pelegrín: “tenía una de las bibliotecas más sugestivas sobre antiguos textos secretos”.
También Marcel Dominiqie, el anticuario de París podría entrar en este círculo, cuando Manuela Monnehay le pregunta: ¿Y libros? O incluso la propia Manuela Monnehay en cuya biblioteca se inicia Bécquer en el mundo de la literatura… y se envenena.
También se habla de libros, unos históricos y otros ficticios. Entre los primeros esta la “Filosofía Oculta” de Cornelio Agrippa y entre los segundos, el “Manual de magia” de Gianluca Calabrini. Y es que las aficiones literaria de Bravo van desde los Grimorios de la Edad Media hasta los Libros sobre el control de la mente del Siglo XIX. Urtubi y Betsabe son especialistas en “Grimorios” el uno como coleccionista y el otro como falsificador.
*Filosofia Oculta (1533) de Cornelio Agrippa (1486-1535)

Bravo invita a Urtubi como “especialista en libros malditos” y le pregunta: ¿Ha leído usted Grimorios”. Urtubi le previene: “son libros fascinantes en la frontera entre lo humano y lo demoniaco”. Y ya cuando plantea que su objetivo concreto es la “Filosofía Oculta” de Cornelio Agripa recice serias advertencias:
-Urtubi: ¿Un original? Ese libro lleva perdido siglos.
-Betsabe: Está en el Índice de los Libros Prohibidos
-Pelegrín: Es un libro peligroso.
Aunque finalmente logra una copia traida desde Florencia y copiada a mano por Betsabe.

*La reunión del Club de Lectura

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